Dos libélulas y una Mantis religiosa fotografiadas en infrarrojo, con una cámara digital por la posibilidad que nos ofrece, al ser sensible en la zona del espectro del infrarrojo y por tanto capaz de activar a su
sensor en sus tres canales, es decir, el rojo, verde y azul. Es por ello, que
el archivo registrado tratado con Photoshop, u otro programa de retoque
fotográfico, da resultados de aspecto y colorido no correspondiente a lo real fotografiado, como consecuencia de no registrarse en el
espectro visible, pero no por ello menos llamativos.