Observando
la vida que existía en una pequeña charca, vi caer a un diminuto
insecto que al momento intentaba mover las alas para salir de la
situación comprometida que tenía.
Con
sumo cuidado le saqué del agua y le puse sobre una soga que habia en
el lugar como protección a la charca. Curiosamente era una “alúa”
que como se aprecia en la fotografía inferior, alzó sus alas para
que fuesen secadas por el sol lo más rápidamente posible.