Este ejemplar se dispone a tomar néctar de una pequeña flor de Abelia chinensis, para ello comienza introduciendo en la misma la boca y comenzando a desplegar la lengua.
Realizada esta operación introduce hasta donde puede el morro y la boca, haciendo tope con los ojos en el propio cáliz de la flor, y agarrándose con los dos pares de patas delanteras al mismo.