También esta especie se dejaba ver entre las florecillas de lavanda, si bien en menor medida que su otra especie terrestris.
Retirándose después de libar, como es bastante habitual en un primer aleteo hacia atrás, obsérvese el ala derecha revirada para avanzar en sentido opuesto.
Justo en el momento que llega a una florecilla y acaba agarrándose con las patas delanteras a la misma, antes de colgarse e introducir su prosbócide.