Sobre una hoja de un árbol Cercis siliquastrum encontré a un pequeño grupo de avispas que
aparentaban estar tomando el sol. Después de observarlas y comprobar su
quietud, moví suavemente la rama de la cual pendía la hoja en cuestión, y
entonces las avispas emprendieron el vuelo en tropel. Al rato volvieron a
posarse sobre la misma hoja, llamando con ello mi atención, así que nuevamente
zarandeé la rama, obteniendo el mismo resultado; las avispas salieron
disparadas otra vez en vuelo para volver a posarse de nuevo en el mismo lugar.
Situación que aproveché para fotografiarlas, aunque sin descubrir que las
incitaba a posarse una y otra vez sobre la misma hoja y no en otra.
