Al aproximarme a un tocho de madera con una indicación, percibí una lagartija asomándose a su escondrijo. Al llegar próximo al mismo se introdujo en él. Aguardé con cámara en ristre y la espera dio resultado.
Me miraba espectante antes de asomarse y al estar inmóvil asomó por un instante siguiéndome con su mirada, hasta que al moverme se introdujo de nuevo. Proseguí mi marcha.

